Mire al rededor y no veía más que oscuridad y algunas siluetas de
la naturaleza enmarcadas por el reflejo de la luna, hacia frio, la humedad de
la tierra era el perfume del paisaje y en el viento lo inesperado.
Mientras esperaba aumentaba en mí esa sensación de miedo mezclado con
emoción, permanecía aunque muchas veces me dieron ganas de huir, pero esta vez
no lo hice.
Inmersa en mis pensamientos, un ruido me asusto, voltie agitada y
enseguida lo supe, eras tú, ese caminar inconfundible y esa sombra solo podían
ser tuyos. Convencida de que algo extraordinario iba a suceder, fui a tu
encuentro.
Me viste, te vi, nos abrazamos, el tiempo se detuvo. Vi tu sonrisa chueca
que tanto me gustaba y me alegre de que estuvieras ahí conmigo...
Empezaste a hablar y yo solo escuche, te fuiste y yo me quede sola en
aquella oscuridad. Segura de que no ibas a regresar me puse a llorar dejaría en
ese lugar toda mi amargura de ilusiones muertas y amores imposibles.