Fuiste el amor de mi vida por quién di todo y nunca fue suficiente, trate de arreglarte, de arreglarnos, te di todo convencida de que cumplirías tus promesas de cuidarme, protegerme y quererme, convencida de que todo volvería a la normalidad y volverías a ser mi compañero de vida, la persona que estaría a mi lado, con quien compartir comidas, viajes, noches, bromas, con quien hablar y nunca terminar, quien me abrazara en la noche y me dijera que todo iba a estar bien, con quién quería envejecer.
Y hoy, digo adiós a un futuro que nunca inicio, adiós a las promesas, a los planes, adiós a tu presencia, tu olor, tu voz, tus ideas. Adiós a todo lo que un día imagine a tu lado, adiós a la persona que alguna vez fuiste y nunca volverás a ser.
No quiero ser la culpable de tus frustraciones y errores. Espero que encuentres la paz que tanto te hace falta y que no te pude dar.