Tal vez fue entre el ruido de la suela de los zapatos de las personas
que iban y venían o tal vez entre el parpadear de las luces que alumbran las
calles a media noche, no estoy muy segura, pero en algún punto sucedió, en algún
momento perdí mi escencia y me mimetice con el ambiente adoptando tonalidades grises
sin matiz alguno. Prisionera de la monotonía, cargando el peso de una vida vacía,
carente de sentido...
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